Por Alex Konanykhin 11/06/2012
Los avances en la comunicación virtual y los cambios en los modos de consumo inciden cada vez más en la adopción de nuevos esquemas de negocios.
El futuro no puede adivinarse pero algunas de sus principales tendencias sí pueden advertirse. Así como semanas atrás, a propósito del Día de Internet, destacábamos las enormes transformaciones que la web supuso para el ámbito actual de los negocios, hoy propondremos compartir una mirada hacia adelante.
En el corto y medio plazo, el horizonte de las innovaciones corporativas incluye una serie de tendencias que, impulsadas por los desarrollos tecnológicos, están cambiando la forma de pensar e implementar los negocios. Las consecuencias de estos cambios apenas se están insinuando, pero es importante señalar que muchas de ellas desafían nuestras nociones clásicas de producción y consumo. Por eso los líderes de negocio deben observarlas y estudiarlas con precisión para anticiparse al escenario económico venidero.
Veamos algunas de las tendencias más destacadas:
> Comunicación virtual. Más y mejor: la comunicación remota seguirá experimentando mejoras. De acuerdo con la analista de Forbes Rita McGrath, el perfeccionamiento de las tecnologías 3D y de otros sistemas de reconocimiento y comando de software (gestuales, de voz, etc) facilitará –aún más– la conformación de equipos virtuales. En consonancia con ello, la creciente calidad de todas las formas de telepresencia incidirá en una mayor tendencia a la subcontratación.
> Complementariedad y competencia: mientras los avances tecnológicos propician cada vez más la subcontratación y el outsourcing, los expertos anticipan que las grandes empresas no sólo seguirán coexistiendo con los emprendedores, sino que se servirán de ellos para reinventarse. Esto se debe a que las estructuras de las pequeñas comunidades de trabajo digitales son –y seguirán siendo– más flexibles y permeables al cambio. Simultáneamente, se vislumbran límites algo más difusos entre ciertos sectores de la economía. El ejemplo más significativo de esto último es el sector de los pagos online, un nicho que tienta por igual a bancos, tarjetas de crédito y empresas de telecomunicaciones.
> Datos biométricos y sistemas. Mayor integración: la información sobre los consumidores no sólo es cada vez más precisa, sino que su integración con sistemas de tratamiento más sofisticados permite la creación de productos cada vez más específicos. Un buen ejemplo de ello son las casi 9000 apps sobre salud que actualmente ofrece Apple. Para el consultorTim Sweeney, esta tendencia se acentuará y por eso ha incluido a las aplicaciones basadas en la información biométrica como una de las tecnologías que más impactará en los negocios del futuro. Por esta razón, es probable que ciertos productos que hoy nos parecen revolucionarios (como las prendas que incluyen sensores para medir signos vitales y comunicarlos por vía inalámbrica) se extiendan a todos los sectores de la economía.
> De “tener” a “acceder a”. La cuarta gran “tendencia” de la nueva economía digital implica una nueva forma de consumir y, como tal, tendrá efectos sobre todo el circuito de producción y circulación de bienes. Las tecnologías “on demand” (“a la carta”), inicialmente acotadas a la industria del entretenimiento audiovisual, se extenderán a una amplia gama de productos y servicios. En términos generales, el acceso a los bienes y servicios importará mucho más que su “posesión” concreta. En una era tan virtual como la nuestra, hay quienes incluso consideran obsoleto el verbo “tener”.
Presunciones y realidades
Ante un escenario determinado por transformaciones tan aceleradas, es probable que muchos líderes de negocios se sientan sobrepasados por un alud de información tecnológica cuyos datos cambian permanentemente. Sin embargo, resulta mucho más interesante analizar las tendencias a la luz de una sola pregunta fundamental: ¿cómo pueden incorporarse para reformular un esquema de negocios y lograr que éste resulte más rentable?
En la búsqueda de esa respuesta, los expertos aconsejan estar bien informados (lo que significa acceder a una diversidad de fuentes sobre tecnología y negocios) y, sobre todo, estar dispuestos a contrastar las presunciones más arraigadas con el innegable rumbo de la economía.
Fuente: Colaboracion
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