Que una compañía sepa que está vendiendo productos defectuosos a sus clientes y que, en lugar de tratar de solucionarlo, inste a sus trabajadores a "hacerse el tonto" (sic), es muy, muy mala señal. Y es exactamente lo que le viene ocurriendo a Dell desde hace algunos años.
Resulta que a mediados de la pasada década, gigantes de la informática como Dell y HP sufrieron varios problemas con ciertos condensadores defectuosos en las placas base de sus ordenadores de sobremesa, que afectaba a las fabricadas por Intel y por Nichichon. La mayoría de los condensadores eran propensos a dilatarse y romperse, permitiendo así la filtración de líquido en otros circuitos y componentes, con el consecuente desastre.
Resulta que a mediados de la pasada década, gigantes de la informática como Dell y HP sufrieron varios problemas con ciertos condensadores defectuosos en las placas base de sus ordenadores de sobremesa, que afectaba a las fabricadas por Intel y por Nichichon. La mayoría de los condensadores eran propensos a dilatarse y romperse, permitiendo así la filtración de líquido en otros circuitos y componentes, con el consecuente desastre.
Dell sabía que sus equipos fallaban y aún así continuó vendiéndolos. El 97 por ciento de los equipos afectados presentarían errores durante los tres años siguientes a su venta (según un análisis encargado por la propia Dell a una consultora externa) y, a pesar de ello, en el período mayo de 2003 a julio de 2005 Dell vendió 11,8 millones de PC Optiplex con condensadores defectuosos.
Via Engadget
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